Las armadoras automotrices establecidas en México están gradualmente anunciando inversiones y ajustes en sus líneas de producción para comenzar a ensamblar vehículos eléctricos. La transición ya está en marcha y con ella crece la demanda de talento especializado.
Los representantes del sector automotriz enfatizan la necesidad de una acción coordinada para desarrollar un talento más capacitado y específicamente formado en el sector. Esto es crucial para que México mantenga su posición como el séptimo productor de automóviles a nivel mundial.
Sin embargo, la escasez de mano de obra también se hace sentir en los procesos tradicionales centrados en la producción de vehículos a gasolina. Toyota Motor, por ejemplo, tuvo que detener sus operaciones durante 19 días entre febrero y marzo en su planta de Tijuana debido a la falta de trabajadores locales, lo que paralizó la producción de los proveedores en la región.
Según Reuters, fuentes cercanas a la armadora japonesa mencionaron que «algunos fabricantes de piezas apenas logran mantener la producción debido a la escasez de trabajadores».
Armando Cortés, director de la Industria Nacional de Autopartes, subraya la importancia de actualizar los programas de estudio para alinearse con los requisitos cambiantes del sector y garantizar que el nuevo talento pueda integrarse sin problemas.
«Estamos en un mundo muy dinámico. Cada seis meses aparecen nuevas tecnologías y nuevas demandas en el mercado global, por lo que es crucial que los jóvenes en México tengan programas educativos que respondan a estas necesidades actuales», mencionó en una conferencia de prensa para Expansión.
Robert Walters, consultora especializada en talento, reporta que las empresas están buscando principalmente personal especializado en digitalización, tecnología, gerencia eléctrica y electrónica, desarrollo de software, ciencia de datos e inteligencia artificial, así como directores de manufactura avanzada.
La situación se vuelve aún más especializada al considerar los requisitos específicos de los proveedores. Por ejemplo, para los Tier 1, las posiciones más solicitadas son gerentes de desarrollo de producto y gerentes de calidad, mientras que para los Tier 2 son coordinadores de procesos de fabricación y gerentes de proyectos en ingeniería.
Desde la perspectiva de Cortés, una solución sería que las empresas participen activamente en el diseño de planes de estudio y curriculum enfocados específicamente en las habilidades demandadas por la industria en México.
Algunas armadoras ya han implementado universidades o programas educativos diseñados para formar talento de manera detallada, como Nissan en Aguascalientes y Audi en Puebla.
El desarrollo de un talento más especializado en México representa una oportunidad para el país de integrarse más profundamente en procesos de manufactura avanzada, lo cual implica la producción de productos más sofisticados y, con ello, una mayor contribución económica y transferencia de conocimientos.
Por ejemplo, un desafío, pero también una oportunidad potencial, sería la fabricación de semiconductores, una industria aún incipiente en México y en toda la región.
«Se necesita la participación conjunta del gobierno federal y del sector privado para impulsar proyectos de alto valor que fortalezcan la posición de México en la industria automotriz, no solo en manufactura, sino también en desarrollo tecnológico», enfatiza Cortés.
